sábado, 24 de septiembre de 2011

Tejido abierto. Tejido Beckett - Teatro Nacional Cervantes, 17 de septiembre de 2011

Las palabras y los objetos cobran vida en el teatro. Sobre el escenario, adquieren un poder, una magia, que no está presente en otras formas de expresión. Las vías de un tren, una escalera, una bicicleta, unas valijas viejas, un laúd que parece una de las extravagantes creaciones de Les Luthiers, el torso de un maniquí, son elementos que, al ser empleados por los actores, alcanzan múltiples y novedosos significados que, en el cine o la televisión son reemplazados por una costosa parafernalia, sin obtener tan valioso resultado.
La compañía española Tejido abierto, conducida por el dramaturgo argentino Jorge Eines, fue bautizada teniendo en mente el modo de concebir su arte: una elaboración compartida por director y comediantes que busca descubrir nuevas connotaciones hurgando en los componentes de una obra.
Tejido abierto. Tejido Beckett es un texto creado a partir de la combinación de los fundamentos de distintas piezas, incluso literarias (Molloy, Malone muere), del célebre escritor Samuel Beckett, con la intención de reconstruir su universo, incorporando en el final un imprevisto, alternativo, matiz optimista.
A partir de una misma caracterización original del personaje de Bellacqua Shuah, un fabricante de laúdes que Beckett extrae de la Divina comedia, del poeta italiano Dante Alighieri, los protagonistas se transforman en los que son propios de la reconocida dramaturgia del autor irlandés.
A pesar de su raigambre común, la introducción fragmentaria de los personajes "beckettianos", propiciada por la metodología elegida por el grupo, resta cohesión al relato que, durante una hora y veinticinco minutos, expone los temas que caracterizan al universo recreado: el sinsentido de la existencia, la angustiosa espera de la muerte, el empecinado continuar a pesar de todo.
La puesta en escena está dividida en cuatro situaciones: en la primera, los cuatro intérpretes parten de una composición común para hilvanar, proyectar, los arquetipos de Beckett; en la segunda, la representación se propone indagar acerca del amor y el deseo; en la tercera, asoman los vínculos de dominación que se establecen entre los vagabundos Vladimiro y Estragón, y entre Pozzo y su esclavo Lucky, de Esperando a Godot; y entre Hamm, el rey ciego, y su sirviente Clov, de Fin de partida, en la cuarta, se enuncian diversas referencias a Esperando a Godot; Krapp, la última cinta magnética; y Los días felices.
Ante la postergación de un final inevitable, en la espera de un tren que no llega, aún queda espacio para la reafirmación del ser.

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